...
24 de octubre de 2024|Artículos propios
Francelli Rentería Oct 2024
Hace poco realicé una sesión de fotos con la temática de uno de Los 7 pecados capitales, yo elegí la Vanidad/soberbia ya que el nudismo me ha dado la oportunidad de analizar mucho el tema de los desordenes de imagen, en contraste con la aceptación corporal y amor propio.
Es por esto anterior que aproveché para hacer una reflexión sobre este tema.
La vanidad o soberbia es considerada por la teología católica como uno de los siete pecados capitales en realidad el peor y el causante de todos los demás pecados, los cuales son un concepto moral que define las principales conductas que desvían al ser humano de una vida "virtuosa".
Estos defectos de carácter no solo tienen implicaciones morales o religiosas, sino que también reflejan problemas psicológicos y sociales profundos.
La vanidad nos impulsa a buscar constante validación externa. Se manifiesta en la necesidad de reconocimiento, de ser admirados y de que otros confirmen nuestra valía. El problema radica en que la vanidad nos aleja de la autenticidad, puesto que no nos permite vernos tal como somos, sino como queremos ser percibidos. El individuo vanidoso mide su valor personal en función de cómo los demás lo perciben, lo que crea una relación de dependencia y fragilidad emocional.
Este enfoque puede llevar a consecuencias negativas como:
1. Distorsión de la autoestima: En lugar de basar nuestra autoestima en nuestras capacidades, valores y emociones, la vanidad nos impulsa a valorarnos por cómo nos ven los demás. Esto genera una autoestima inestable, que sube o baja en función de la aprobación ajena.
2. Falsa identidad: La vanidad puede hacernos construir una identidad basada en lo que creemos que otros valoran de nosotros, lo que nos aleja de la verdadera autenticidad. Vivimos para complacer o impresionar, lo que nos distancia de nuestros deseos y metas reales.
3. Fragilidad emocional: Al depender de la validación externa, cualquier crítica, falta de reconocimiento o comparación con los demás puede desencadenar inseguridades profundas. El fracaso o el no ser admirados puede convertirse en un golpe devastador para la persona vanidosa, erosionando su confianza y bienestar emocional.
En una sociedad cada vez más visual y orientada hacia el éxito, la vanidad puede ser vista como una herramienta útil para avanzar socialmente. La imagen pública, las redes sociales y el consumismo contribuyen a reforzar la idea de que nuestro valor reside en cómo nos mostramos al mundo.
Un Nivel Saludable de Amor Propio
En contraste con la vanidad, el amor propio saludable nos permite valorar nuestra esencia, sin depender de la opinión de los demás. Un enfoque equilibrado del amor propio implica:
1. Autoconocimiento: Comprender quiénes somos más allá de lo que aparentamos nos permite vivir de manera auténtica y alineada con nuestros valores, sin caer en la trampa de la aprobación externa.
2. Aceptación: Un nivel saludable de amor propio incluye aceptar nuestras imperfecciones y limitaciones, sin buscar constantemente validación. Esta aceptación nos brinda estabilidad emocional y confianza en nosotros mismos.
3. Autocompasión: En lugar de castigarnos por no alcanzar ciertos estándares externos, la autocompasión nos enseña a ser amables con nosotros mismos, dándonos espacio para aprender y crecer sin el peso de la vanidad.
Aunque sabemos lo perjudicial que puede ser la vanidad, y por más veces que escuchemos la típica frase 'acéptate como eres', no se puede lograr un cambio real hasta que tomemos acción.
Basándome en mi experiencia de 10 años practicando el nudismo, he aprendido que la mejor forma de amarte y aceptarte es alejándote de aquello que te perjudica. Deja de exponerte a entornos y personas atrapadas en el círculo vicioso de estereotipos inalcanzables; solo así podrás empezar a liberarte y encontrar una verdadera aceptación personal.
Lo que hago es exponerme constantemente a diferentes tipos de personas, ya sea en eventos nudistas, salidas con amigos, o interactuando en redes sociales con quienes no buscan encajar en 'el molde'. Esto me permite ampliar mi perspectiva, evitar compararme y dejar de pensar que algo está 'mal' en mí. Me ayuda a entender que todos somos únicos, en el más amplio sentido de la palabra.
Recuerda que nadie es perfecto, y abrazar tus defectos o errores te permitirá amarte tal como eres. La autocompasión, en lugar de la autocrítica, te ayuda a desarrollar una relación positiva contigo mismo, entendiendo que todos tienen desafíos y momentos de vulnerabilidad.
Otra cosa importante es que cuido mucho de mi cuerpo, mi salud física y mental. Esto me da una sensación de responsabilidad sobre el estado de mi cuerpo y sobre todo lo que puedo hacer para mejorarlo sin dañarlo. Me aseguro de comer bien, descansar, hacer ejercicio, y buscar actividades que me hagan sentir bien. También considero fundamental la terapia psicológica, ya que me ayuda a conocerme mejor y a identificar lo que realmente es bueno para mí.
En conclusión, la vanidad puede distorsionar nuestra autoestima y relaciones sociales. Aunque la sociedad actual promueve esta conducta en muchos aspectos, es vital diferenciar la vanidad de un amor propio saludable. El primero nos esclaviza a la opinión ajena, mientras que el segundo nos libera, permitiéndonos valorar nuestra autenticidad y humanidad.
Fotógrafo: Paris Vara
https://francellirenteria.com/f/la-vanidad-es-el-origen-de-muchos-problemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario