Por Leon Madero24/05/2022. Estos dos años de pandemia, que para muchos equivale decir encierro y trabajo desde casa, han pasado casi como si fuera un sueño. El tiempo se congeló y ahora nuevamente sigue su curso. La última vez que vistamos Puerto Bonito fue en los meses previos al ELAN en Ecuador y en esta nueva ocasión, la visita, era un anticipo del viaje a Colombia. El viaje al ELAN de Colombia que nunca llegamos a hacer.
Muy temprano en la mañana, al día siguiente de la inolvidable Caminata a la Fortaleza de Ungará ya estábamos alistándonos junto con Aldo para partir a Puerto Bonito desde San Vicente de Cañete. Antes de partir, hacemos un video corto en el que Edith (en modo nudista lógicamente) explica lo que se vamos a hacer en el día. Nos vestimos, salimos apurados hacia el terminal de buses y de ahí rumbo a Puerto Bonito como a una hora y media de viaje. El viaje transcurrió sin novedad hasta llegar a la altura de Puerto Viejo cerca de Chilca.
Bajamos del bus y encontramos que no hay «mototaxis» ni ningún transporte que nos lleven a la playa. Estuvimos esperando por bastante rato hasta que se apareció una moto que finalmente nos traslado hasta Puerto Viejo. En Puerto Viejo compramos algo de comida para llevar, ya era casi la hora del almuerzo y luego pasamos a alquilar la sombrilla en el restaurante de siempre (él que siempre alquila las sombrillas a los amigos que van a la playa nudista). Era la primera vez que nuestro amigo Aldo llegaba a Puerto Bonito quien por mucho tiempo me había manifestado su deseo de llegar a esta playa y ese día cumplía un viejo anhelo por decirlo de alguna manera.
Subimos por la cuesta que separa a Puerto Viejo de nuestra playa hasta encontrar la tranquera, la cual pasamos sin precaución como dice la canción. Luego al otro lado la famosa entrada a Puerto Bonito que se veía bien a pesar de la bruma que a esa hora todavía cubría la playa. Avanzamos por la arena, todo esta igual como la última vez, muchas aves nos reciben con sus cantos mientras caminamos por la orilla y atravesamos la zona textil. En el camino tomamos algunas fotos y algunos videos. Edith no se ve muy animada a esa hora a diferencia de Aldo que esta muy entusiasmado.
Llegamos a las conocidas pancartas, la división entre al área nudista y el área textil. A lo lejos se vislumbra la sombrilla de Daniel, líder del ANNLI, cerca de él su primer oficial Celso y un poco mas allá nuestro amigo Jorge, cada uno en su sombrilla. Los saludos efusivos y correspondientes se dan, es un reencuentro casi familiar. Al fondo ya hay mas sombrillas de colores con sus nuditas respectivos instalados, el cielo se empieza a despejar y en pocos minutos ya estamos en modo nudista para iniciar nuestras actividades planificadas… Pero Edith no puede esperar para comerse el plato de «arroz con mariscos» que compramos en Puerto Viejo. No me queda mas que acompañar la merienda, ya casi era medio día no quedaba de otra. Todos excepto Daniel se arremolinan alrededor nuestro casi como niños que quieren oír al tío o prima querido o querida que llega de tiempo a casa. Después de almorzar la conversación se puso amena y ahí yacíamos Celso, Aldo, Jorge, Edith y yo todos tirados en la arena bajo nuestra pequeña sombrilla que no alcanzaba a proteger a todos del sol.
Terminado el almuerzo yo estaba algo impaciente para iniciar con alguna actividad. A una buena distancia de allí, más al fondo, estaban los lideres de un nuevo grupo nudista que a surgido de las filas de ANNLI. Habíamos tenido algunas diferencias con ellos, personalmente tenía el deseo de ir a hacer las pases antes de hacer el viaje al ELAN de Colombia ya que ellos y nosotros íbamos a ir. El tiempo se iba en la indecisión de ir a saludar o no, trataba de convencer a Edith para acercarnos pero ella, mucho mas orgullosa que yo, no quiso. Surgió la propuesta de ir hacia el fondo de la playa y como quien no quiere acercarme solo yo a saludar a los susodichos y así lo hicimos, Con pereza nos levantamos y nos dirigimos hacia el fondo. Jorge, Aldo, Edith y yo caminamos hacia el fondo a las rocas y yo me desvié en algún punto para acercarme a esta nueva pareja de líderes que estaban con un grupo de amigos. No tuve un recibimiento muy amistoso, a ellos no les gusta mucho la forma en que nosotros promocionamos el nudismo y la nueva flamante lideresa lo hizo notar en un tono algo burlón antes de siquiera poder saludarla mientras que su compañero, ni se molesto en contestar el saludo. Todos los demás que estuvieron con ellos por el contrario si fueron muy amables. Tuvimos una pequeña conversación que me dejo claro que su actitud no iba a cambiar. Un poco decepcionado me fui con los chicos que ya estaban cerca del final de la playa al pie del acantilado jugueteando con una soga de pescadores que estaba por ahí.
Subida a las piedras en Puerto Bonito
Me di cuenta que por la zona de las rocas se podría tomar buenas fotos, Nunca habíamos hecho fotos por ahí. Los animé a Jorge, Aldo y Edith para avanzar por esas rocas y así lo hicimos. Saltando las rocas llegamos hasta una zona donde nunca antes habíamos estado antes. Se tenían buenas vistas y ahí estuvimos casi media hora. Nuestro amigo Jorge se quedó en la playa mirando desde lejos, parece que saltar las piedras no es lo suyo.
Luego de tomar varias fotos y grabar algunos videos, retornamos hasta nuestra pequeña sombrilla a reposar nuevamente en la arena. Mientras tanto Celso ya tenía armada la red de vóley que todavía tendría que esperar algunas horas para ser utilizada. En un momento, en forma espontanea se comenzó a formar un círculo de nudistas alrededor de Daniel que poco a poco fue creciendo, algo atraía a los nudistas de Puerto Bonito hacia ese círculo que cada vez se fue haciendo mas grande. Casi todos los que estaban en la playa se juntaron incluyendo a ya los mencionados nuevos líderes y nosotros que hasta ese momento estábamos de espectadores parapetados en nuestra sombrilla sentimos la presión de unirnos al círculo. Todos se miraban, yo como siempre aproveche para presentarme a mi y a mis acompañantes, muchos de los allí presentes eran nuevos y seguro no nos conocían. La conversación no prosperó a pesar de los esfuerzos míos y de algunos otros. Poco a poco uno por uno fueron retirándose a sus respectivos espacios.
Celso y Edith jugando en la playa.
Solo en ese momento Edith se animó y nos fuimos a jugar vóley. Nadie mas se animaba, así que comenzamos a jugar entre los dos. Alguien agarró el celular y de ahí salieron algunas fotos y videos mas. Luego Celso y Edith se pusieron a jugar un poco Celso, como siempre muy ocurrente, en un momento se puso de cabeza y Edith quiso hacer lo propio pero descubrió que no era tan fácil como parecía. Celso, intento ayudarla varias veces pero no tuvo mucho éxito. El día avanzaba, el sol avanzaba hacia el horizonte, el día empezaba a morir. Era hora de emprender camino de vuelta. Pero la sorpresa final la dio nuestro amigo Luis padre de Edith. Después de años visitaba el santuario del nudismo peruano, llegó con su esposa y su pequeña. Todavía nos dimos el tiempo de compartir con ellos y celebrar el reencuentro con algunas bebidas espirituosas. A pesar de que el ambiente era excelente, nuestro amigo Aldo tenia que trabajar al día siguiente así que ya estábamos un tanto apurados. Con Edith decidimos avanzar un poco, ya era casi de noche e iba a ser difícil salir todos juntos. Celso como siempre acomedido apoyo con el traslado de algunos amigos en su camioneta Samuray 4×4 y nosotros llegamos a la panamericana en mototaxi donde nuevamente nos reunimos todos.
Llegaba la hora de la despedida. En la autopista panamericana, mientras algunos intentábamos, levantando las manos y haciendo señas con los celulares, que un bus rumbo al sur parara, los otros todavía encontraron un espacio para conversar un poco más. Celso, Jorge y Daniel no estaban tan apurados como nosotros, ellos se iban hacia Lima en la «Suzuki» mientras que nosotros hacia el sur. Finalmente paró el bus que nos llevaría a San Vicente de Cañete. A pesar del apuro aún nos dimos tiempo de comprar comida rápida con la familia de Edith, llegar a casa filmar un video de cierre, bañarnos y volver al terminal. A Aldo y a mi nos esperaba todavía un largo viaje. Aldo retornaba a Camaná a 900 kilómetros al sur y yo a la blanca ciudad de Arequipa casi a 1000 km de distancia.
https://actividadnudista.com/vuelta-puerto-bonito-despues-de-pandemia/
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